Existen innumerables definiciones y opiniones
sobre supervisión educativa, pero todas coinciden en considerarla como el eje
que impulsa las acciones de mejoramiento y perfeccionismo de la praxis
educativa.
Las funciones de acuerdo a lo establecido por
el Ministerio de Educación (1980), en el artículo 107 son: planificar,
orientar, dirigir, ejecutar, coordinar, supervisar y evaluar; cada una tiene
como finalidad, verificar la ejecución de los objetivos y fines de la educación
en forma participativa, integral, cooperativa, competitiva y efectiva.
Entre las funciones presentadas por el
Ministerio de Educación, en el Programa de Reorganización y Descentralización
del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (1999), se contempla que la
conveniencia de llevar a cabo el proceso de evaluación de la supervisión con
los ajustes y replanteos necesarios, para que la supervisión se ejecute a
través de un asesoramiento continuo, innovador y perenne dentro de las
instituciones educativas. Por otra parte, el supervisor debe ser capaz de
evaluar las actividades inherentes a la supervisión, coordinando esfuerzos para
el éxito, despertando iniciativas en los docentes, estableciendo equilibrio y
orientando el trabajo escolar.
En este sentido, Hierro (1974), establece las
funciones específicas del supervisor como: orientación, asesoramiento,
investigación y evaluación, con la intención de producir mejoras y soluciones a
los problemas planteados.
Debe poseer la capacidad directiva, ser un
líder técnico, humano, educativo, simbólico y cultural, que le permita al
personal ejercer sus responsabilidades orientando los procesos educativos hacia
el logro de las metas propuestas.
Debe contar con madurez pedagógica, elocuente
sentido humano, que sea capaz de guiar con inteligencia y elocuencia a los
docentes, tener la habilidad de crear y mantener buenas relaciones en los
centros que el coordina, deberá dirigir sin que se sienta como una imposición
más bien como una propuesta. Así mismo debe contar con dinamismo y mantener un
puente abierto entre él y los docentes.
En base a la anterior el supervisor debe de
alcanzar una madurez pedagógica, la cual se logra mediante la preparación
continua de sí mismo, a fin de estar listo para los cambios constantes que se
tienen hoy en día y que se dan por medio de programas o currículo y también por
la responsabilidad que representa su cargo ya que ellos son agentes para los
cambios en el proceso educativo.
Además de estos conocimientos, debe poseer un
alto sentido humano, para motivar a las personas que él dirige sin ningún obstáculo,
es capaz de entender las emociones del personal que labora en la institución,
necesidades, fortalezas y debilidades. La comunicación en doble sentido es un
factor determinante para lograr el éxito cualquier supervisor, como receptor
(supervisor) de comunicación debe entender con claridad la información exacta
que el transmisor (docente) está enviando. Con un buen comunicador no hay
cabida para mala interpretación, conjetura o murmuración, adquiriendo y
consolidando con esto buenas relaciones entre la escuela y la comunidad.
Debe saber tomar decisiones, manejar
adecuadamente las relaciones humanas y sugerir cambios, tener iniciativa para
proponer opciones de trabajo y plantear soluciones, capacidad para dirigir
grupos, escuchar, compartir ideas y relacionarse. Evitando atropellar,
descalificar y desmotivar a su personal.
¿Qué habilidades debe poseer un supervisor
educativo?
1.-Saber
escuchar y empatía: el supervisor ayuda a establecer la
comunicación entre los que están al día a día con los educandos y el
cumplimiento del currículo.
2.
Observación y análisis de problemas: debe de investigar la raíz
de los problemas para así poder coordinar a las personas con conflictos
similares y canalizarlos con especialistas. Debe ser el generador de
soluciones, no de problemas.
3.
Liderazgo: el supervisor ejerce función de líder en cuanto a
estimular y convencer a su personal sin reflejar una figura autoritaria que
oprime o maltrata a su personal. Sino que impulsa a compartir ideas, recursos,
brindar apoyo a sus compañeros, logrando ganar respeto por sus aportes y
críticas constructivas.
4.
Negociación y mediación: el supervisor es facilitador de
acuerdos resultantes de sesiones de evaluación, escucha a los individuos cuando
discuten, recomienda sugerencias a los maestros y proporciona ayuda. Siempre
recordando la parte humanista de la flexibilidad pero manteniendo la objetividad
de cumplir los compromisos asignados.
5.
Madurez emocional e imparcialidad: el supervisor debe de ser
justo y sostener que las decisiones deben tomarse atendiendo a criterios objetivos,
sin influencias de sesgos, prejuicios o tratos diferenciados por razones
inapropiadas. Deber ser productor de la búsqueda de decisiones consensuadas.
6.
Organización y gestión de calidad: el supervisor debe de ser
auditor de la gestión del sistema educativo en todos sus niveles, por tal
motivo es importante que tenga pleno conocimiento de sus funciones y de la
modalidad educativa que va a supervisar; ya que si tiene desconocimiento puede
incurrir en el incumplimiento o faltas graves en su labor supervisora.
7.
Creatividad e innovación: el supervisor debe de ser facilitador
de espacios de participación e Impulsor y conductor de innovaciones
8.
Comunicación y discreción: el supervisor debe de ser productor de
información ascendente y descendente.
:
Se visualiza un modelo de supervisión
diferente, centrada en una persona más carismática, proactiva, democrática,
encargada de trabajar con los demás para mejorar la prestación del servicio
educativo, dando prioridad en su quehacer cotidiano, a lo humano por sobre lo
material y administrativo, en una posición de apertura y comprensión del otro, que revele habilidad autentica y
sincera en la vivencia de las relaciones humanas.
Con lo mencionado, vemos que la cualidades
del supervisor básicamente son las de una persona que aun teniendo un puesto
con un nivel alto en la jerarquía del sistema educativo, no deja a un lado su
condición de ser humano comprometido en la búsqueda del cambio ya que
representa la piedra angular para la realización del mismo, pero está
consciente que su labor son un conjunto de actividades para lo cual necesita de
los demás actores del proceso educativo. Y sabe de antemano que al brindar el
apoyo necesario a los demás se construye un ambiente de trabajo encaminado al
éxito y por ende a una educación de calidad.
Para realizar la labor de supervisor
académico éste debe de ser servicial y comprometido, además le debe gustar su
labor ya que debe aplicar todo su
conocimiento y experiencia obtenida a través de su trabajo para que garantice
la calidad del servicio educativo, ya que va a orientar y re-direccionar las
acciones del centro educativo por lo tanto debe ser ético en su desempeño y no
dejarse influir por favoritismo.
Las actitudes que debe de mostrar un supervisor
educativo son; respeto, responsabilidad social y educativa, sensibilidad,
actitud analítica, apertura a la comunicación, liderazgo,y apertura a la crítica. Estas actitudes deben de tomarse para que le permita desarrollar las
competencias exigidas por las tareas que realiza, desarrollando sus objetivos
personales, realizando investigaciones constantes para establecer viabilidad de
los objetivos que se pretenden.