A lo largo de los años, los médicos, científicos
e investigadores han confirmado que la lectura es una actividad que reduce el
estrés y que puede disminuir el ritmo cardíaco y la presión arterial,
ofreciendo valiosos beneficios físicos.
Cuando leemos, las neuronas en esta
área del cerebro se activan para crear una sensación no sólo de la acción del
libro, sino de experimentar las acciones y los sentimientos de los personajes.
De este modo la lectura aumenta la conectividad del cerebro. La lectura en
niños pequeños hace que el cerebro se vuelva a cablear físicamente, creando
nueva materia blanca que mejora la comunicación dentro del cerebro.
De acuerdo
con un estudio, la lectura le da al cerebro más tiempo para detenerse, pensar,
procesar e imaginar la narración.
De manera que como el ejercicio físico
fortifica los músculos, leer diariamente ayuda a mantener la memoria y otras
funciones cerebrales en perfectas condiciones.