Ser maestro o profesor es un desafío mental, emocional y físico. Los cambios que se están produciendo en la sociedad actual están dando lugar a que surjan problemas que afectan a la labor docente, llegando a incidir en su salud: la indisciplina del estudiantado, la delegación de responsabilidades educativas propias de la familia al docente, el cambio de los valores y las relaciones sociales, la poca valoración al trabajo que realizan los docentes.
Pero, un grave enemigo que está poniendo en riesgo la calidad educativa es la desmotivación.
Esta situación es preocupante los problemas de salud psíquica, ya que cada vez son más los casos de absentismo, intención de abandonar la profesión, invalidez permanente o jubilación anticipada en los docentes.
Las Políticas Educativas a nivel nacional y mundial deberían de mostrar una mayor preocupación por esta situación que está afectando al profesorado y repercutiendo en el proceso de enseñaza- aprendizaje del estudiantado, y por tanto valorar la importancia de la labor docente pues la educación de la sociedad del futuro depende de ellos.
¿Existe un cuadro específico de trastornos mentales entre los docentes?
El trastorno clínico más común entre los profesionales que trabajan en estas organizaciones es el síndrome de Desgaste Profesional, conocido como: El síndrome de “burn-out” o de desgaste profesional fue descrito por Freudenberger en 1974 e incluye: agotamiento o tensión emocional, deshumanización o despersonalización de las relaciones interpersonales en el trabajo y caída de la realización personal a través del mismo, con daño a la autoestima personal y deterioro del rendimiento laboral.
¿Cómo puede vencer esta desmotivación el docente?
En su artículo (“Estrategias positivas para evadir el estrés, la ansiedad, y el síndrome de burnout”), Donna Wilson y Marcus Conyers -expertos en el ámbito de la enseñanza, la formación de docentes y el liderazgo basados en la neurociencia- comparten estrategias que trabajan junto a profesores para abordar este tema y superar esta desmotivación.
1. Comprometerse con la auto-reflexión y con una positiva charla consigo mismo: Estos expertos plantean que es importante para un docente alejarse de las dudas y la autocrítica. En vez de eso, plantean que es bueno, de vez en cuando, un merecido cumplido, dedicarse tiempo, realizar actividades como caminar, leer o algún entretenimiento que les guste y los haga sentirse motivados.
2. Volverse más resiliente: Para evadir el cansancio, hay que aprender a ignorar los obstáculos. El psicólogo Richard Davidson reportó en una de sus investigaciones que la gente con una mayor activación de su corteza prefrontal izquierda se recuperaban mucho más rápido de sucesos traumáticos. Cuando se afrontan situaciones que nos deja enojados, ansiosos, o estresados, explican, puedes elegir entre oprimir el botón de pausa en vez de dejarte arrasar por los pensamientos y emociones negativas es necesario entrenarse para concentrar los pensamientos en cómo controlar las emociones para, así, alcanzar el terreno de lo positivo.
3. Busque apoyo. Ya sea que llegue a los compañeros de trabajo, amigos, seres queridos u otras personas, el apoyo y la colaboración pueden ayudar a lidiar con el estrés laboral y la sensación de agotamiento.