15 DE ENERO
En Venezuela se celebra el Día Nacional del
Maestro, para honrar a miles de hombres y mujeres que dedican sus vidas a la
formación de los ciudadanos, desde la más temprana edad, con la intención de
forjar el ser, en lo intelectual, lo moral y lo espiritual.
Los maestros han jugado un importante papel en
la historia de Venezuela, desde Andrés Bello y Simón Rodríguez en la lucha por
la Independencia, hasta docentes como Luis Beltrán Prieto Figueroa en el
proceso de formación de la democracia, periodo durante el cual se reconoció la
labor de los educadores declarando un día de fiesta nacional para
homenajearlos.
El 15 de enero de 1932, en plena dictadura
gomecista, un grupo de educadores conformaron una asociación para defender los
derechos laborales de los maestros y mejorar la educación en Venezuela.
Encabezados por Miguel Suniaga y Luis Beltrán Prieto Figueroa, fundaron la
Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Pública.
En 1930, cuando el dictador Juan Vicente Gómez
gobernaba el país, el entonces Ministerio de
Instrucción Pública inició un movimiento magisterial que no contaba con el
apoyo de los maestros, razón por la cual tuvo una corta duración. Como una
reacción a la intromisión del gobierno en sus asuntos gremiales, un grupo de
educadores, se reunieron en el edificio Vargas el 15 de enero de 1932, en la
Esquina de Cují en Caracas, para fundar una agrupación que defendiera los
derechos de los maestros, mejorara la educación en el país y protegiera al niño
venezolano.
Durante el gobierno del General Isaías Medina
Angarita, los maestros organizados encaminaron sus labores hacia la
modernización de la educación y la mejora las condiciones de los educadores. El
gobierno prestó completa colaboración al trabajo del magisterio y finalmente
reconoció la importancia de su labor decretando la celebración del Día del
Maestro el 15 de Enero de cada año.
Entre 1949 y 1958, durante la dictadura del
General Marcos Pérez Jiménez, el movimiento magisterial se vio
disminuido, ya que muchos de los maestros que habían participado activamente en
el mismo tuvieron que salir del país, debido a que estaban ligados al
sustituido gobierno democrático.
Durante el mandato de Pérez Jiménez, en 1952,
la celebración del Día del Maestro fue cambiada al 29 de noviembre, natalicio
de Andrés Bello, para borrar el recuerdo de la gesta de los docentes contra la
dictadura.
A partir de 1959, tras la caída de la dictadura
Pérezjimenista, fue retomada la fecha que había sido fijada inicialmente por
Medina Angarita y en la que actualmente se rinde homenaje a los docentes
venezolanos.
La Oración de la Maestra
¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe;
que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.
Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz
de robarle mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí
este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de
protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me
entristezca el olvido de las que enseñé.
Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo
que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi
verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para
cuando mis labios no canten más.
Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla
de cada día y de cada hora por él.
Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de
niños descalzos.
Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme
despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de
tu voluntad ardiente sobre mi vida.
¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado.
Cuando mi doctrina sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los
mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de
soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las
aprobaciones.
Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi
lección cotidiana.
Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi
escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis
mezquinos dolores de cada hora.
Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con
dolor, para saber que he corregido amando!
Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de
mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y
mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.
Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y
amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de
Longinos en el costado ardiente de amor.
Gabriela Mistral
Gabriela Mistral
QUIERO SER COMO
TÚ
Gracias, maestro
por ser un ejemplo para mí.
Cuando pienso en todo lo que me has enseñado
y me veo en tu reflejo,quiero ser como tú:
inteligente, interesante y comprometido
positivo, confiable y modesto,
yo quiero ser como tú.
Informado y fácil de entender
pensando con la mente pero también con tu corazón,
motivándonos para sacar lo mejor de nosotros
con sensibilidad y devoción:
quiero ser como tú.
Dándonos tu tiempo, energía y talento
para asegurar que el más brillante de los futuros
nos es ofrecido a cada uno de nosotros.
Gracias maestro,
por darme un objetivo en la vida por el que luchar:
¡Yo quiero ser como tú!.
POEMA AL
MAESTRO
Dedicado a todos sus maestros
destruyendo las tinieblas de la ignorancia gana
su guerra,
su mayor paga son las respuestas de sus alumnos,
reír con ellos es su mayor goce.
Aunque triste esté, sonriente se le ve
la imagen más perfecta de comprensión y amor.
Su tiempo lo regaló y nunca lo discutió.
Unos lo quisieron, otros lo olvidaron
Más él siempre los quiso a todos.
Ahora, lento camina, el viento lo vence
y su voz ya no luce galante como cuando les leía.
Sentado esta, mirando el cielo, sus ojos se
cierran,
su mano cae y deja libre una hoja de papel.
La ultima nota escrita, el viento la entona
y la impulsa sobre la corriente de un río.
Me llevo el gran triunfo de saber que ustedes,
mis hijos, mis alumnos queridos,
representan en cada gesto, en cada andar, en cada
vibración
pedazos de mí espíritu
que ahora ya son hombres seguros,
con ideales firmes y honestos.
Si algunos se pierden en esta rueda que es la
vida,
volveré en la frase de un amigo, en la mirada de
un niño,
en el entrecejo de un padre, o la caricia de una
madre,
y te haré recordar, cual es tú camino.
Reflexiones por el día del maestro
UN HUMILDE HOMENAJE
PARA
LOS QUE SOMOS INSTRUMENTOS
DE LAS MANOS DE DIOS.