“En el animal, los objetivos están predeterminados por lo que llamamos instinto; en el hombre, en cambio, los objetivos están determinados a través de la imaginación creadora. Y aquí reside la grandeza y la pequeñez del hombre. Sí, a través de su imaginación, predetermina su vida, también también tendrá la pequeña estatura de esos objetivos.
Sí, a través de su imaginación, propone a su
mecanismo creador grandes objetivos , es posible que su vida se vea coronada
por grandes éxitos”.
Ricardo Gerula
El desarrollo de las potencialidades
humanas, como la inteligencia, la creatividad y el talento, son técnicas de
trabajo humano intelectual. Pero sobre ellas surgen ciertas interrogantes: ¿qué
es ser creativo?, ¿dentro de qué inscribiríamos este acto?, ¿existe una medida
de la creatividad? A simple vista, se puede decir que ser creativo sería
“hallar una idea nueva”. Y ¿qué es una técnica de trabajo intelectual? Es la
tesis y en general toda actividad investigadora en donde se lleva a cabo el
pensar y el actuar; estos métodos o técnicas se refieren al pensamiento e
inteligencia.
A continuación se dan los diferentes
conceptos de inteligencia, creatividad y talento:
La inteligencia (del latín intellegentĭa):
es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para
resolver problemas. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia
Española define la inteligencia, entre otras acepciones como la «capacidad para
entender o comprender» y como la «capacidad para resolver problemas». La
inteligencia parece estar ligada a otras funciones mentales como la percepción,
o capacidad de recibir información, y la memoria, o capacidad de almacenarla.
La creatividad: pensamiento original,
imaginación constructiva, pensamiento divergente o pensamiento creativo, es la
generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y
conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales.
El talento: como aptitud, es la capacidad
para desempeñar o ejercer una actividad.
Las técnicas de trabajo humano intelectual
se dividen en tres grandes grupos desde el punto de vista del contenido: el
primer grupo es aquel en donde la inteligencia se considera como la capacidad
de entender y de formar conceptos y juicios; el segundo es el que hace énfasis
en el razonamiento o aptitud para obtener proposiciones o juicios por
inferencia de otros previos, y el último grupo alude al poder de invención, en
otras palabras, a esa chispa que se enciende en nosotros espontáneamente, sin
un proceso lógico que la anteceda, cuando tenemos la intuición de una idea que
es solución de un problema o dificultad.
La función principal de la inteligencia no
es sólo la capacidad para resolver problemas; los seres humanos somos capaces
de controlar y organizar nuestras operaciones mentales y de convertir nuestro
conocimiento en eficacia. Más allá de la resolución de problemas físicos o
matemáticos, la inteligencia nos proporciona el maravilloso don de resolver
cuestiones relacionadas con nuestra propia felicidad y convivencia social. La
inteligencia es dinámica, diversa, única. La creatividad es la capacidad humana
de creación pero también la fuerza de voluntad para construir la motivación y
conseguir que el producto final sea novedoso y útil, para que posea un valor
social. Es fundamental y prioritario impulsar el desarrollo del pensamiento
creativo, porque nuestro sistema educativo actual no potencia los talentos
individuales ni ofrece centros escolares donde se apoye la capacidad y la
inteligencia humana, la creatividad, el crecimiento del ser completo en proceso
de cambio.
La
tecnología, internet y los profesionales expertos en descubrir, desarrollar y
potenciar los talentos individuales deben formar parte de esta necesidad educativa a la que nos enfrentamos
diariamente, de este cambio de paradigma. Si seguimos valorando la educación en
función de paradigmas académicos, estaremos desperdiciando grandes capacidades
individuales. Por tal motivo el docente debe estar abierto a los cambios que
tienen nuestras generaciones futuras; ya que existen cambios culturales,
tecnológicos y culturales contundentes. Se habla del docente innovador e
investigador es para romper las brechas generacionales y adaptar las
estrategias educativas que se adapten a nuestra realidad y a la necesidad que
nuestros niños, niñas y adolescentes necesitan. Pero el docente debe colocarse un reto
personal es ser creativo.
Elementos o factores de la creatividad:
Es posible distinguir diversos elementos en
todo acto concreto de creación:
1. Intuir el problema.
2. Intuir la solución.
3. Imaginar las relaciones
entre unidades de observación como variables.
4. Imaginar las
probabilidades de adaptación, reformas y aplicaciones que presentan los
elementos.
Tips para que el docente
potencie su proceso creativo en el salón de clases:
Promueva el cambio: Sea
partidario del cambio ya que sólo los aburridos son inmóviles; cambie su
entorno antes de que se aburra de él; atrévase a derribar y cambiar situaciones
o elementos que han estado ahí por años.
Tenga curiosidad: Acumule conocimientos e interésese por todo;
la inquietud es un requisito primario del hombre creativo, por lo que antes de
poder resolver un problema necesita conocerlo a fondo.
Sea
original: Sea distinto a los demás
pero no a cualquier precio; no tenga miedo de sus propias ideas y organice de
manera interesante el mundo que le rodea, ¿Ideas simples? Es mejor que ninguna;
no robe ideas a los demás, pero empléelas constructivamente.
Observe:
Mire bien lo que es, y así podrá
entonces ver lo que puede llegar a ser; mire su entorno y encierre mil y una de
sus ideas; nada de experimentar: sólo observación.
Sea
crítico: Entrénese en críticas constructivas; esté dispuesto a discutirlo
todo; deje que sus ideas se interpreten de distinta forma ya que pueden llegar
a hacerse más interesantes y resulten mejor para iniciar su creatividad.
Tenga
modestia, tolerancia, paciencia y buen humor: La creatividad comienza con
lo pequeño, que lo grande llega después por sí mismo. También es creativo
comenzar de nuevo desde el principio; sea tolerante con los demás pues es
posible que tengan la razón. La primera mejor idea es a veces la última buena
idea. La comicidad resulta también ser creativa.
Para llevar a cabo los tips antes mencionados,
es necesario pasar por un proceso en todo trabajo de investigación científica;
así pues, la creatividad se logra a través de un proceso creativo, en el cual
se pueden incluir algunas o todas de las siguientes fases:
Orientación:
Señalar al problema.
Preparación:
Obtener datos pertinentes al problema.
Análisis:
Desmoronar en pequeñas partes el material más importante.
Ideación:
Reunir alternativas en forma de ideas.
Incubación:
Aislarse para poder visualizar mejor el problema.
Síntesis:
Reunir de manera conjunta las piezas del problema.
Evaluación:
Juzgar las ideas resultantes.
En resumen, la creatividad profesional no
puede ser improvisada de un día para otro ni mucho menos; al contrario, hay que
buscar estimularla y desarrollarla, en lo cual interactúan muchos factores de
diversa índole, como el propio carácter, la personalidad y la idiosincrasia de
cada individuo, razón por la que se dice que la creatividad tiene un carácter
personológico
.
A través de algunas técnicas y reglas se
logra despertar, motivar o intuir la creatividad. Ya decía el gran físico
Albert Einstein: “El factor realmente valioso es la intuición”. En efecto, la
intuición es un elemento clave dentro de la creatividad, por lo que no hay que
ignorarla por mucho que se haga burla de ella; así, es conveniente trabajarla
de manera personal y mediante técnicas de trabajo intelectual.
Pero, ¿Cómo los docentes podemos generar este
proceso en nuestros educandos? a continuación se suministra un material base
para su consideración y algunas dinámicas grupales, deben ser
ajustadas a su subsistema educativo: