El Síndrome de Asperger



   En 1944, Hans Asperger denominó este trastorno "psicopatía autista". La causa exacta se desconoce, pero es muy probable que una anomalía en el cerebro sea la causa del síndrome de Asperger.

  Es posible que intervengan factores genéticos, ya que el trastorno tiende a ser hereditario, pero no se ha identificado un gen específico.

  El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo (TGD) o un trastorno del espectro autísta. La principal diferencia entre el síndrome de Asperger y el trastorno autista es que los niños con el síndrome no tienen retrasos cognitivos ni del habla. La afección parece ser más común en los niños que en las niñas.

   Aunque las personas con síndrome de Asperger con frecuencia tienen dificultades sociales, muchas tienen una inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la programación informática y la ciencia. No presentan retraso en el desarrollo cognitivo, las habilidades para cuidarse ni la curiosidad acerca del entorno.

Pruebas y exámenes:

   Generalmente se necesita un médico experimentado en el diagnóstico y tratamiento del autismo para hacer el diagnóstico real. Debido a que no hay ningún examen físico para el síndrome de Asperger, el diagnóstico a menudo se basará en criterios muy específicos, a partir de un determinado manual médico.

   La mayoría de los médicos busca un grupo básico de comportamientos que les ayude a diagnosticar el síndrome de Asperger. Estos comportamientos abarcan:

  • Contacto ocular anormal
  • Retraimiento
  • No voltearse al ser llamado por el nombre
  • Incapacidad para usar gestos para apuntar o mostrar
  • Falta de juego interactivo
  • Falta de interés en los compañeros
  • Los síntomas pueden ser notorios en los primeros meses de vida. Los problemas deben ser obvios hacia la edad de 3 años.

   Se hacen exámenes físicos, emocionales y cognitivos para descartar otras causas y buscar signos de este síndrome con mayor cuidado. El equipo que verá a su hijo puede incluir a un psicólogo, un neurólogo, un psiquiatra, un logopeda y otros profesionales expertos en el diagnóstico de niños con síndrome de Asperger.

Comprender e integrar:

   A nivel de lenguaje, son personas con excelente y amplio vocabulario. Interpretan literalmente las frases, por lo que no entienden las ironías, el doble sentido o el sarcasmo, llevándolos a creer todo lo que se le dice aunque suene inverosímil.

  “Para los padres, en general, esta característica significa un gran desafío, ya que son niños que no desconfían de la gente ni ven la maldad”, señala Perla David. También puede costarles seguir una conversación larga y en general se interesan poco por lo que otros dicen.

  Los niños con este síndrome, en general, se relacionan mejor con adultos que con los niños de su edad,. Es por esto que tienen problemas al jugar con otros niños y no logran integrarse, ya que además quieren imponer sus propias reglas.

  Por lo mismo, en general prefieren jugar solos. “No es lo mismo que un niño tímido, a quien tal vez le cueste en primera instancia integrarse, pero que con el correr del tiempo pasará a formar parte del grupo y disfrutará de las mismas actividades que otros niños de su edad”, aclara.

  Es muy difícil identificar este síndrome cuando el niño es muy pequeño. Normalmente, los primeros signos se evidencian frente al contacto con sus pares.

  En el colegio pueden ser una fuente de conflicto con los compañeros, no les gusta ir a clases y no se interesan por practicar deportes en equipo. En estos casos es importante que acudan a un especialista para que toda la familia pueda ser guiada.

  “Las personas Asperger necesitan el apoyo de toda su familia y también del resto de su entorno: compañeros de colegio y profesores. Requieren rutinas claras y estables y también darse a entender, ya que tienen poca tolerancia a la frustración y reacciones intensas cuando están felices o irritados”, señala la neuróloga.

  Esta es una condición que no se trata como otras patologías. Lo principal es el apoyo y contención familiar, y el uso de medicamentos está restringido al control de las crisis que pueden presentar en ocasiones.

La genialidad de los Asperger

  Durante muchos años se pensó que el Asperger era una especie de autismo, pero la verdad es que son patologías muy diferentes. Los niños y adultos con Asperger no tienen deficiencias estructurales en el lenguaje y poseen capacidades normales de inteligencia.

  A menudo presentan un coeficiente intelectual funcional mayor al promedio, lo que se refleja en competencias extraordinarias en campos restringidos como el arte (sobre todo la música o el dibujo) y las ciencias.

  Tal como algunos personajes famosos, su perseverancia, sumado a sus gustos muy específicos, los lleva a destacar en las áreas ya mencionadas. “No es de extrañar que tengan este alto desempeño, ya que son personas metódicas, obstinadas y muy dedicadas, que pueden pasar largas horas haciendo una misma actividad, logrando perfeccionarse”, explica la neuróloga.

   Para la especialista es importante el diagnóstico precoz porque eso permite a la familia entender la patología y acompañar a los niños.“Si ellos muestran interés por alguna actividad en particular, lo recomendable es incentivarlos a realizarla y no tratar de cambiar sus gustos. En general, tienen un gran potencial en ciertas áreas y podrán desarrollarse exitosamente con el apoyo de su entorno. No hay que desesperanzarse, ya que es de los trastornos del desarrollo con mejor pronóstico”.




Messi y el Síndrome de Asperger:

Publicado en septiembre 9, 2013 en el margen

   Hace dos meses fui por primera vez a una reunión de padres de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Como era el nuevo, hablé en primer lugar y presenté el caso de mi hija Ares. Me enrollé quizás demasiado y, a medida que avanzaba mi relato, una madre que se sentaba a mi derecha comenzó a impacientarse. Cuando pronuncié la última palabra y sin que el resto de padres me hubiera quitado aún la mirada de encima, la chica de mi derecha empezó a contar lo que le ocurría. Hacía sólo cinco días que le habían dado el diagnóstico definitivo de su hijo: Síndrome de Asperger. No estaba tranquila. Se echó a llorar. No es sensacionalismo. Es una historia de verdad.

   El exdelantero internacional Braileño, Romario, aseguró ayer por la tarde en su cuenta personal de twitter (@RomarioOnze): “¿Ustedes sabían que Messi tiene el síndrome de Asperger? Es una forma leve de autismo que le concede el don de la concentración por encima de todo y de todos.



Sheldon Cooper, uno de los personajes de la serie "The Big Bang Theory" tiene síndrome de Asperger.

   Es muy conocido ya el científico Sheldon Cooper de la serie norteamericana "The Big Bang Theory". Son graciosas sus formas de relacionarse con el resto y sorprende su genialidad.

   Muchos no saben, que este personaje tiene síndrome de Asperger, así como otros genios entre los que destacan Albert Einstein, Isaac Newton, y músicos destacados como Syd Barrett, fundador de Pink Floyd.

   Sucede con los que tienen este síndrome que deben enfrentar a diario la incomprensión de su entorno y a su incapacidad para entender códigos que para la mayoría son simples.

   La neuróloga infantil Perla David explica cuáles son las primeras señales que delatan la presencia de esta patología.

   El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo cerebral más frecuente de lo que se piensa, afectando de tres a siete por cada 1.000 niños.

  Generalmente se identifica una vez que los niños se insertan en el mundo escolar. “Es una condición que, bien manejada, tiene muy buen pronóstico. Son personas que podrán estudiar, ir a la universidad, trabajar y desarrollar lazos”, explica la neuróloga infantil.

 Quienes presentan este síndrome “tienen un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia y habilidades especiales en áreas restringidas, pero tienen problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados. La persona Asperger tiene un pensar distinto, muy lógico, concreto e hiperrealista”.

  Agrega que una de las características principales es que les falta empatía, es decir, “darse cuenta de lo que siente el otro, de lo que quiere decir, de lo que piensa”, agrega la neuróloga.


A continuación se les deja un material informativo publicado en internet al respecto: