Mamá no te quiero, déjame en paz...¿Qué hacer cuando un hijo te dice esas expresiones?





Has escuchado las frases… Mamá no te quiero, déjame en paz, me agobias, me voy de casa, no quiero saber nada más de ti. 

Cuando un hijo las dice llegan a lo más profundo. No hay una edad establecida para que esto ocurra.

Si alguno de sus  hijos  llega a decir cosas de este tipo seguramente lo que sienta es una gran necesidad de ser comprendido. De que entienda  sus sentimientos y le dé importancia a lo que le ocurre, a lo que piensa, a lo que le pasa y a lo que necesita.

Lo más probable es que, se siente herido, no se siente aceptado y amado, su respuesta ante sus padres probablemente sea la de hacerle daño y hacerle sentir como él  se siente. Su dolor le impide darse cuenta de que hay más opciones.

Aunque lo primero que le venga a la mente en ese momento es decirle ¿cómo eres capaz de decirme eso?, ¿qué malo eres conmigo?, ¿cómo puedes hacerme esto a mí?, evítalo.

Simplemente reconoce ese comportamiento como la señal que te está indicando que tu hijo está dolido y que debes acompañarle. Transmitirle que entiendes que con lo que te acaba de decir te has dado cuenta de lo mal que se siente y lo dolido y herido que debe estar para haber dicho algo así. Hablando desde el corazón. Con ganas de resolver la situación, no con ganas de dar ninguna lección.

Se debe hacer un trabajo diario. Validando sus sentimientos tanto en ese momento como en días sucesivos. Seguir observando, preguntando cómo se siente, demostrándole lo mucho que les importa que esté bien.






Que no necesita hacerlo sentir mal para que usted sienta ese llamado de estar a  su lado.  Allí los padres deben  ser capaces de dejar a un lado los sermones y charlas interminables llenas de reproches para abrir la puerta a una comunicación en positivo donde el objetivo sea encontrar la solución, no encontrar un culpable.


La idea es buscar una  solución que debe ser respetuosa para ambas partes. Algo que se consigue, dejando de lado el  “orgullo” de padres y  colocándose en el lugar de sus hijos. Lo que les enseñará a ellos a ponerse también en el lugar de los padres y se darán cuenta que están con ellos, no en contra de ellos. Sentimiento que especialmente en edad adolescente es muy común y que si desde pequeños  se logra trabajar y les demuestran  que están con ellos, su tarea como padres de adolescentes será un poquito más “sencilla”.



A continuación un vídeo para reflexionar…