La mayoría de los estudiantes que culminan sus estudios en media
general, conocido también como: bachillerato, en edades comprendidas entre los
dieciséis y dieciocho años, necesitan ayuda para identificar la formación más
adecuada para su vida profesional futura.
Preguntas como: ¿Lo que elijo será para toda la vida? ¿Esa carrera me
permitirá ganar lo necesario para mantenerme a mí y a mi futura familia? ¿Dónde
estudio? ¿Universidad pública o privada? ¿Podré estudiar y trabajar al mismo
tiempo? Tendrás estas y otras incertidumbres, pero debes saber que es saludable
tenerlas. Significa que estás en camino a una buena elección.
Por ese motivo se recomienda a los estudiantes que puedan seguir una guía de
orientación que consiste en 10 consejos fáciles; que pasa por tener en cuenta desde sus
intereses hasta el estilo de vida que se imaginan cuando sean mayores.
1. Detectar los campos de conocimiento que
más le interesan.
El primer
criterio del estudiante debe ser elegir el campo de conocimiento que más le
gusta, luego investigar cuales son los estudios futuros que debe cursar o áreas
curriculares de la profesión que va a cursar.
2. Identificar los campos profesionales
(actuales y futuros).
Se
recomienda ir más allá, se invita a los
adolescentes a proyectar en qué campo profesional les gustaría trabajar.
Identificar las profesiones supone pensar en la utilidad real de los estudios
que se quieren cursar una vez hayan finalizado, en el futuro. Lo ideal es relacionarse
con profesionales de la carrera que deseas elegir, ver su forma de trabajo, su
rutina, vivenciar esa experiencia permitirá facilitar la elección y evaluar si tiene demanda ese oficio o carrera
en el país.
3. Evaluar sus propias habilidades y
destrezas. Todo el
mundo tiene unas competencias más desarrolladas que otras, y que es necesario
identificarlas para seguir una formación que permita desarrollarlas todavía
más. El adolescente debe ser consciente tanto de sus capacidades para adquirir,
analizar o aplicar diferentes tipos de conocimiento como de sus habilidades en
la dimensión social, como por ejemplo la comunicación o las relaciones
personales.
4. Considerar la disponibilidad del tiempo. Hay una nueva generación de estudiantes que
tienen unas demandas y expectativas vitales diferentes. Hay adolescentes que
quieren ser protagonistas de su tiempo y que valoran estudios universitarios
que les permitan tener un grado más elevado de autonomía. Por este motivo, es
importante que los jóvenes, recuerden distribuir su tiempo académico, como en
otras facetas de la vida igualmente importantes para su crecimiento vital y
profesional, deben comprender que el nivel de exigencia académica a nivel
universitario es mayor.
5. Imaginarse qué estilo de vida futuro se
quiere seguir. Trabajar
es la actividad que consume más tiempo de la vida de una persona. Si se
imaginan esto deben optar por unos estudios que se adapten a sus preferencias y
necesidades.
6. Proyectar no solamente qué quiere ser sino
quién quiere ser.
Hay
personas que piensan que la profesión que uno ejerce sigue siendo importante
para fundamentar la identidad personal de cada uno. Lo que yo hago cada día y
de forma reiterada acaba influyendo en quién soy.
7. Pensar que casi ninguna decisión sobre los
estudios es irreversible. Vivimos
en la sociedad del aprendizaje continuo a lo largo de la vida. El colectivo de
personas que está en un proceso continuo de aprendizaje (para aprender idiomas,
para actualizarse laboralmente o para ampliar estudios, entre otras
finalidades) no para de crecer.
8. No tomar la decisión de elegir estudios ni
aislado, ni en solitario. Se puede
favorecer la participación de personas próximas al adolescente, como su
familia, sus amigos; así como de personas con profesiones alejadas de lo que el
estudiante vive cada día. Un conocimiento amplio del mundo profesional por
parte del estudiante influirá en que la elección sea más madura. Relacionarse
con profesionales que ejerzan la carrera y si pueden acompañarlos en su campo
de trabajo de ser posible, será una experiencia fundamental para tomar esa decisión.
9. Tomar una decisión personal. Ahora bien, tiene que decidir el estudiante y
hay que evitar cualquier tipo de imposición. Hay que asegurar que el estudiante
se responsabiliza de su decisión y se compromete a trabajar para conseguir el
éxito de la elección que realiza. No debe ser impuesta por la madre, padre u
otro familiar.
10. En busca de la felicidad. Y, por último, hace falta no olvidar que lo
que cuenta es la persona, por encima de su profesión. Y, por esta razón, hay
que tener claro que la elección de estudios y de profesión siempre debe tener
un carácter práctico y debe ser la elección para conseguir ser feliz, pero sobre todas las cosas amar lo que
haces.
Por ello
es importante que el adolescente recuerde que la libertad del trabajo, consiste
en el derecho que tiene el hombre de aplicar su actividad a la producción de la
riqueza. Supone este derecho la facultad de poder escoger la profesión, arte u
oficio a que quiera dedicarse.
Recuerda
que en la decisión que tomes, sea oficio o carrera universitaria; lo primordial
es amar lo que haces.
La
educación se ha convertido en un proceso dinámico en el que es imprescindible estudiar
continuamente. Así que ánimo, ¡el futuro está en tus manos!