¿Qué puede hacer si su hijo padece de estrabismo?



Según la Academia Americana de Oftalmología, los problemas de la vista como la miopia, la hipermetropia, el estrabismo, u otros, afectan a más del 20% de los niños en edad escolar. Esto representa que uno de cada cuatro escolares sufre algún problema visual, por lo que es muy importante que los niños sean examinados para identificar posibles problemas visuales que pudieran perjudicar su desempeño académico.

El estrabismo es una anormalidad que causa una desviación en el enfoque de la mirada, de forma que los ojos parecen que van cada uno por su lado o se unen  hacia el centro.

Algunos bebés recién nacidos mueven de manera independiente cada ojo durante las primeras semanas de vida. Es lo que se conoce como estrabismo funcional y se corrige por sí sólo a partir de los 4 a 6 primeros meses de vida. Es necesario llevar al niño al oftalmólogo si el estrabismo no desaparece después de los seis meses o aparece después de los 4 meses de vida.

Es muy importante señalar que el estrabismo no es únicamente un problema estético… el niño ve mal con el ojo desviado y comienza a suprimir la visión de ese ojo, utilizando sólo el ojo sano que le permite una visión clara. De esta forma se produce una pérdida progresiva de la visión del ojo desviado, que puede provocar la pérdida total de la visión del ojo, en caso de que no se trate a tiempo.

¿Que hacer en la escuela y en el hogar?

En la escuela, necesita saber que su profesor le estima y lo considera especial. Necesita saber que en la escuela no se van a reír de él y que nadie le va a amedrentar ni humillar. Necesita que se le anime, que se espere mucho de él y que haya mucha diversión. El juego, que es el lenguaje y ocupación de los niños, sigue siendo muy importante durante la edad escolar. Entre más se les permita que jueguen junto a sus actividades de aprendizaje, más pronto desarrollará habilidades y captará nueva información. En casa, todo niño necesita de afecto, bondad y cierta cantidad de atención individual de parte de sus padres, aunque sólo sean 5 minutos antes de ir a dormir

Los niños necesitan sentirse amados, o por lo menos comprendidos y respetados, para que sus mentes tengan la claridad necesaria para aprender.

Los niños necesitan grandes cantidades de afecto y cercanía física. La cercanía abastece a su autoconfianza y libera sus mentes de las dudas en cuanto a su capacidad. Los niños que se sienten inseguros de sus capacidades no se pueden concentrar para aprender.

Los niños aprenden mejor a través del juego y actividades prácticas. No hay mejor maestro que la práctica. Necesitamos espacios educativos en donde los niños realicen actividades juntos, practiquen y se enseñen unos a otros lo que van aprendiendo.


En particular, el juego libre sin fines de competencia ni reglas es un gran promotor del intelecto, la imaginación y la autoconfianza en los niños. Saltar sobre las camas en casa, perseguirse corriendo, jugar luchas y almohadazos (en lo que los niños ganan, por supuesto), son la clase de juegos que fortalecen el espíritu en los niños y les proveen de suficiente diversión para que se mantengan optimistas aun cuando lo que viven en la escuela no les inspire. Cuando la vida se siente como una faena cansada y aburrida, el aprendizaje simplemente no se da. El juego libre es muy importante porque mantiene viva en el niño la chispa de esperanza e interés.


Los niños necesitan la libertad de cometer errores y hacer preguntas sin temor a ser avergonzados o humillados. Las “fallas” y los errores enseñan tan bien como los éxitos, siempre y cuando se respete al niño.

Si usted como padre o madre, puede sentarse al lado del niño cuando llora a rienda suelta por su frustración con la escuela, o hace un berrinche por no querer hacer la tarea, su niño se liberará de los sentimientos que le mantienen paralizado. El desahogo emocional le ayuda a los niños a enfocar su atención y recuperar el optimismo por el aprendizaje.

Su niño no sonará “razonable” mientras que llora enfurecido. Parecerá completamente convencido de los sentimientos terribles que ahora exprese. Pero, el llanto y la oportunidad de poder decirle a usted lo mal que se siente por dentro tienen un profundo efecto curativo. Por lo mismo, no trate de discutir ni razonar con él y limítese a hacerle sentir su cercanía para que pueda deshacerse de sus “fantasmas” por medio de lágrimas y expresiones pesimistas y furiosas. Esto no dura para siempre y entre más pueda llorar, más mejoría verá usted en su capacidad para concentrarse y creer en si mismo.


Trate de escucharle. El escuchar sana. Vea si puede escuchar el llanto o berrinche de principio a fin sin tratar de “arreglar” sus sentimientos o resolver el problema y usted verá lo mucho que esto ayuda a limpiar la mente de su niño y a que sienta más cercanía y confianza con usted.

La gran necesidad que tienen los niños de atención individual cuando tratan de aprender, es natural. Es el ambiente escolar donde tantos niños compiten por la atención de un solo adulto lo que va contra natura. Las necesidades de los niños se sienten como una gran molestia para padres y maestros no porque lo niños estén equivocados, sino porque es nuestra sociedad la que lo está. 

No ayuda el culparse a sí misma, a su hijo, ni a los maestros por las dificultades. Culpar sólo desperdicia tiempo y hace a las personas sentirse más mal. Debido a que el culpar disemina malos sentimientos, se convierte en un estorbo para pensar mejor e impide la cooperación que se necesita para encontrar soluciones. Usted no tiene la culpa y está haciendo un esfuerzo para realizar un trabajo muy difícil. Su niño no tiene la culpa y lleva encima cargas de las que no le ha podido contar, ni sabe cómo deshacerse de ellas. Su profesora no tiene la culpa. Independientemente de quién haya cometido un error, la causa fundamental es la falta de apoyo y asistencia que sufrimos todos.


El estrabismo nunca debe ser ignorado creyendo que el niño se curará solo. A no ser que sea tratado antes de los 9 años de edad, puede derivar en una pérdida definitiva de la visión en el ojo desviado (ambliopía), cuanto antes se inicie el tratamiento, menos grave será el defecto visual inicial y más rápida la respuesta.