Un niño feliz, que disfruta interactuando y
descubriendo el mundo, es ruidoso y revoltoso. Ahora bien, en los últimos
tiempos está apareciendo un movimiento que nos llama mucho la atención y que
nos preocupa: Es la “niñofobia”.
Personas que les molesta la presencia de los
niños y se les olvida que en la niñez ellos desean tocarlo todo, experimentar,
sentir, reír, aprender… Que si les obligamos a callar, a no llorar, a hablar
bajito y a no moverse de la silla, lo que tendremos en realidad son criaturas
temerosas que no se atreverán a explorar.
Hay personas que no soportan a los niños y que
llevan muy mal lo de encontrarse en un espacio cerrado con alguno, y aunque
nunca lo confiesen abiertamente basta con ver sus caras para darse cuenta de
que están a favor del exterminio (o, por lo menos, de la desaparición del
espacio público)
La infancia es ruidosa por naturaleza. Y lo
coloco como ejemplo… No hace falta más que pasar por una guardería o un centro
de primaria a la hora del recreo para recordar lo que es ser niño.
Cada niño tiene su personalidad y su forma de
interactuar en sus contextos más cercanos.
Si usted es de las
personas que les molesta los niños…Recuerde que en algún momento Ud, también lo
fue.
Mientras, respetemos a sus progenitores en su tarea de educar debemos ser más empáticos con los niños y tolerantes. Sus padres deberán actuar: hacer sus correcciones, evitando ser permisivos...Pero nunca olvidando lo que implica ser niños.