Ganar y saber perder es una regla que define a grandes líderes...Cómo podemos enseñar esto a nuestros hijos?




Ganar y saber perder es una regla que define a grandes líderes y exitosas mujeres y hombres de nuestro entorno. Por eso es necesario ayudar a los niños y niñas a ser tolerantes en el caso de no ser el ganador o el primero en alguna actividad. Si su reacción solo expresa su malestar, si se desanima y no quiere seguir jugando, es completamente normal.

Lo que no es normal es la agresividad, los gritos, insultos, el no querer jugar a algo porque saben que perderán. Estas reacciones se producen por sentimientos de ira intensos que no saben cómo deben gestionar. Allí los papas jugamos un papel fundamental:

1.- Valore y respete los esfuerzos de sus hijos.

2.-Enséñale a su hijo a enfrentar las consecuencias de sus elecciones, no lo disculpe, ni sobreproteja cuando las cosas no salgan bien, pues estará evitando que experimente un valioso aprendizaje para la vida.

3.- Recuerde que tolerar la frustración y enseñarles a continuar, es una de las cosas más valiosas que en el mundo de hoy en día les podemos enseñar.

4.- Muéstrele que todos los actos tienen una consecuencia. Cada vez que disculpamos sus actos o interferimos para que no disfrute de sus victorias o perdidas le impedimos que crezca o se fortalezca.

5.- Evita hacerle sentir que para ti es más importante el resultado de ganar que el proceso que vive y los esfuerzos que invierte en la actividad o juego.

6.- Si se presentan en gran intensidad llantos o berrinches, debe esperar que se calme para explicarle lo negativo de su actitud y especialmente como mencionamos escúchele. Dele alternativas de conductas más apropiadas.

7.- Desde pequeño es importante que escuchen que a veces se pierde y a veces se gana. Que ambas son parte importante de la vida y los aprendizajes. Así lo entienden y viven los líderes.

8.- Ud. Como padre o madre es el ejemplo. Tenga una actitud abierta y positiva cuando gane, como cuando fracase. Si ofende y grita al perder ellos seguramente copiaran ese modelo de conducta.


Al final saber perder también es bueno, es aprender una lección que si se aprovecha, se puede sacar de ella una buena experiencia e incalculables beneficios. Nuestra meta es que la familia vea la perdida como un aprendizaje de la vida y no como un atentado a su autoestima.