La educación emocional es el proceso educativo
que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. Es un
proceso que se inicia desde la primera infancia y está presente a lo largo de
toda la vida. Cuando hablamos de educación no nos referimos a
la escolarización, sino a la educación principal: a la familia, a la sociedad,
a los medios de comunicación, etc.
Parte importante es la conciencia emocional definida
como “La capacidad de reconocer el modo en que nuestras emociones afectan a
nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros valores como guía en el
proceso de toma de decisiones”.
Las personas que
desarrollan conciencia emocional:
– Saben qué emociones están sintiendo y por qué.
– Comprenden los vínculos existentes entre sus
sentimientos, sus pensamientos, sus palabras y sus acciones.
– Conocen el modo en que sus sentimientos
influyen sobre su rendimiento.
– Tienen un conocimiento básico de sus valores y
sus objetivos.
Resulta fundamental que los estudiantes puedan
conocer esta habilidad social para mejorar la convivencia y poder formarse como
personas integrales.
Daniel Goleman, en su libro Inteligencia
emocional, afirma que las competencias emocionales más relevantes para el éxito
caen dentro de los tres grupos siguientes:
1.-Iniciativa, motivación de logro y
adaptabilidad.
2.-Influencia, capacidad para liderar equipos y
conciencia política.
3.- Empatía, confianza en uno mismo y capacidad
de alentar el desarrollo de los demás.
El manejo y conciencia de nuestras emociones
como: la felicidad, la tristeza, el miedo y el enojo son registradas por
nuestro cuerpo haciéndonos actuar de diferente manera. Tener conciencia de
nuestras emociones significa reconocerlas y nombrarlas.
Cuanta más claridad tengamos de lo que nos pasa,
mayor será nuestra responsabilidad para comprender y pedir lo que realmente
necesitamos. Las emociones no se reprimen, se regulan, y regular significa
aprender a manejarlas.
Por eso es importante que tanto en el hogar,
como en la etapa inicial y escolar se eduque y se maneje.
¿Cómo pueden los padres aplicar la educación
emocional en sus hijos?
Trate a sus hijos como le gustaría que les
tratasen los demás. Si analizamos esta regla podemos obtener 5 principios:
*Sea consciente de sus propios sentimientos y de
los de los demás.
*Muestre empatía y comprenda los puntos de vista
de los demás
*Haga frente de forma positiva a los impulsos
emocionales y de conducta y regúlelos.
*Plantéese objetivos positivos y trace planes
para alcanzarlos
*Refuerce de forma positiva la forma de manejar
sus relaciones con otras personas
Un estudio demostró los
tres estilos de comportamiento más inadecuados por parte de sus padres son:
1.- Ignorar completamente los sentimientos de su
hijo, pensando que los problemas de sus hijos son absurdos sin importancia.
2.- Los padres sí se dan cuenta de los sentimientos
de sus hijos, pero no le dan soluciones emocionales alternativas, y que lo
correcto (por ejemplo, es pegándoles)
3.- Menospreciar o no respetar los sentimientos del
niño (por ejemplo, prohibiéndole al niño que se enoje, ser severos si se
irritan...)
Por eso antes de resolver cualquier situación problemática
de ámbito familiar y ayudar a sus hijos a manejar sus emociones. Lo primero que
debe hacer es responder las siguientes interrogantes:
¿Qué siente usted en esa determinada situación?
¿Qué sienten sus hijos?
¿Cómo interpreta usted lo que está pasando?
¿Cómo cree que lo interpretan sus hijos? ¿Cómo se sentiría usted si estuviera
en su lugar?
¿Cuál es la mejor manera de hacer frente a esto?
¿Cómo lo ha hecho en otras ocasiones? ¿Ha funcionado realmente?
¿Cómo vamos a llevar esto a cabo? ¿Qué es
preciso que hagamos? ¿Cómo debemos abordar a los demás? ¿Estamos preparados
para hacer esto?
¿Qué otras formas pueden existir de resolver el
problema?
¿Cuándo podemos reunirnos para hablar del
asunto, compartir ideas y sentimientos y ponernos en marcha para obtener el
éxito como familia?
La experiencia de lo que él ve en su hogar, va a
permitir al niño aprender que conductas son adecuadas y cuáles no, así como,
manejar conflictos. Pero sobre todo va a
funcionar como un factor de protección ante situaciones difíciles.
Algunos puntos clave para
desarrollar la inteligencia emocional de tus hijos son:
*Motívale para que resuelva sus problemas,
prestándole ayuda si lo necesita.
*Reconoce y valora sus esfuerzos por hacer bien
las cosas y aprender.
*Toma los errores como parte esencial del
aprendizaje y muéstrale confianza en sus capacidades para que vuelva a
intentarlo.
*Ayúdale a conocerse: sus gustos, deseos,
necesidades, opiniones, limitaciones, etc.
*Enséñale la importancia de respetar los gustos
y las opiniones de los demás.
*Ayúdale a poner palabras a sus emociones y anímale a expresar como se siente en diferentes situaciones.
Pero, cómo puede ayudar la escuela a reforzar
esa inteligencia emocional?
La implantación de la Inteligencia Emocional en
la escuela, no busca sólo a un profesor que tenga unos conocimientos óptimos de
la materia a impartir, sino que además sea capaz de transmitir una serie de
valores a sus estudiantes. Para ello es necesario que cada docente tenga:
Percepción de necesidades, motivaciones, intereses
y objetivos de los educandos.
Ayude a
los estudiantes a establecerse objetivos
personales.
Debe facilitar los procesos de toma de
decisiones y responsabilidad personal.
Orientar a los estudiantes.
Por ello para que se produzca un elevado
rendimiento escolar, el niño debe contar con siete factores importantes:
Confianza en sí mismo y en sus capacidades
Curiosidad por descubrir
Intencionalidad, ligado a la sensación de
sentirse capaz y eficaz.
Autocontrol
Relación con el grupo de iguales
Capacidad de comunicar
Establecer un clima emocional positivo, ofreciendo apoyo personal y social para aumentar la autoconfianza de los niños y niñas. Un desarrollo sano en la infancia es un adulto responsable y armonioso, cooperativo y solidario. Iniciemos la campaña de educar emocionalmente desde la infancia!!!