Muchos padres temen decirles a sus niños cómo
vivir o actuar mejor. Tienen miedo de las reacciones de sus hijos, temen que
sus hijos no los quieran.
En ocasiones la irrespetuosidad de sus hijos es
tolerada, los niños y las niñas simplemente contestan mal o ignoran
abiertamente a sus padres. Erradamente equiparan la adquisición de cosas
materiales con la adquisición de amor.
La gratitud es la base de un hogar que se
construye con respeto. Cuando apreciamos nuestras posesiones y a las personas
que nos rodean, cuando los niños están conscientes de que las cosas no aparecen
mágicamente, llegamos a un nivel de gratitud que no se puede desechar. Es
valorar y respetar tanto a nuestras familias como a nuestras cosas.
Se ha descubierto que los niños que son criados
con sensibilidad a la gratitud tienen mejores calificaciones y un menor riesgo
de caer en depresión, que tienen una mejor actitud hacia la escuela y la
familia, y muestran más satisfacción en la vida.
También hablan más respetuosamente y cuidan sus
cosas debido a que las valoran. No crecen sintiendo que todo les corresponde y
siendo arrogantes.
Los adultos agradecidos son más felices, poseen
una mayor autoestima y viven con más esperanza, empatía y optimismo.
¿Cómo se
puede desarrollar una actitud de gratitud en el hogar?
La gratitud debe convertirse en una parte
regular de nuestras vidas. Es inadecuado esperar gratitud sólo por parte de
los niños; nosotros también debemos expresar aprecio unos por otros.
Las parejas muchas veces consideran los
esfuerzos del otro como algo natural. Llevan los niños a la escuela, preparan
la comida, se pasan largos días en la casa limpiando o trabajando y, después de un tiempo, asumen que todo esto
es lo que se “supone” que debemos hacer.
Esto es un terrible error de enseñarles a sus hijos que
la pareja no merece escuchar que valoramos su esfuerzo. Asegúrate de verbalizar
tus palabras de agradecimiento: Al agradecer esa comida, esa limpieza de la
casa. Muéstrale a tu familia que valoras y admiras a tu pareja.
En países como Brasil y Japón las personas tienen
como parte de su cultura el agradecimiento.
¿Cómo enseñarles a los hijos a agradecer?
1.- Deja que participen para que vean el esfuerzo de limpiar
la casa, lavar los platos, cocinar y
trabajar.
2.- Cuando tus hijos
crezcan y dejen de usar algunos juguetes o ropa, enséñales a reunir esos
artículos que fueron usados con cuidado para que otros puedan disfrutarlos al
donarlos. Explícales cómo sus cosas tienen valor y significado.
3.- Comienza a dar el ejemplo como padre o madre en el
hogar…Agradece cuando tus hijos colaboren con sus oficios en el hogar. Agradece
a tu pareja su colaboración.
4.- Ayuda a los niños más pequeños a pensar en personas,
vivencias y cosas por las que están agradecidos. Esto se convertirá en un
positivo estado de conciencia que los niños cultivarán en su crianza.
5.- Una forma hermosa de
terminar cada día es enseñarles a tus niños a agradecerle a Dios por sus
bendiciones antes de ir a dormir.
Elige ser agradecido y abre los ojos de tus hijos e hijas a las bendiciones de la vida.