¿Los niños deben hacer tareas durante las vacaciones?



La  recreación genera bienestar, ya que se recuperan energías y es un espacio de creatividad y disfrute. Sin embargo aún en vacaciones es recomendable mantener algunas rutinas y espacios de tiempo para reforzar los conocimientos adquiridos en la escuela, pero en este caso debe hacerse  de una manera más flexible y dinámica.

Equilibrar  actividades recreativas y tiempos para seguir reforzando conocimientos y valores, es lo ideal para seguir el proceso de aprendizaje y desarrollo personal.

La tecnología puede ser un gran estímulo para el aprendizaje,  sin embargo, el abuso provoca que muchos niños están perdiendo habilidades sociales porque han dejado los juegos en grupo por ponerse al frente de un aparato tecnológico.

La Academia Americana de Pediatría detalla que los niños menores de dos años no deben utilizar tabletas, el tiempo para los niños de entre 3 y 5 años debe ser de 1 hora, mientras que para los niños de 6 a 12 años debe ser de 2 horas diarias.

En vacaciones hay que centrarse en repasar dos aspectos fundamentales: la lectura-ortografía y las matemáticas. Qué sugerencias les proponemos:

Dedicar todos los días un tiempo a fomentar la lectura con libros que se adapten a la edad y los intereses del niño.

Hacer redacciones, preferiblemente de forma creativa. Proponiéndole  por ejemplo, que escriba en un cuaderno o diario que incluya dibujos y fotos de las actividades que realiza durante el día.

Elaborar sopa de letras con ellos

Jugar juntos apalabrados que es una aplicación de entretenimiento. El juego consiste en sumar la mayor cantidad de puntos posibles por la formación de palabras. Existen aplicaciones gratuitas para Tablets, PC o Android.

Un tiempo para las matemáticas. Proponle que resuelva situaciones de la vida diaria donde tenga que utilizar lo que ha aprendido de matemáticas: ir a comprar y pagar él.

Fomentar las manualidades: contribuyen a fijar la atención, mejorar la psicomotricidad fina, desarrollan la creatividad.

Lo interesante es invitar a los niños y jóvenes a indagar en el mundo educativo, pero no en el sentido escolar. Si les propones libros, películas, salidas como un entretenimiento es una apertura al mundo, sale de la lógica tradicional y es una invitación que se hace desde el espacio escolar. Hay que guiarlos para que el entretenimiento tenga un valor agregado educativo y que sea algo más rico que sentarse a hacer ejercicio de matemáticas de manera repetitiva.