¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a dejarse influenciar por la presión de grupo?


¿Qué es la presión de grupo?
Es la influencia positiva o negativa que el grupo ejerce sobre un miembro, así pues, para ser aceptado la persona debe comportarse como el grupo espera que lo haga, o como ellos lo hacen. 

Es positiva cuando la influencia te lleva a actuar de una manera buena en la que tiene un crecimiento personal, como por ejemplo ser solidario con los compañeros que lo necesitan.

Es negativa en el momento en que influye haciendo daño sobre sí mismo o a otros; como fumar, beber alcohol, hacer bullying, sexting, fugarse del colegio, tener relaciones sexuales prematuras, con tal de sentirte parte del grupo, sin atreverse a rechazar estos comportamientos por miedo de quedarse fuera.

La presión de grupo es un elemento principal para que se desenlace un sistema de manipulación, pues muchos niños tienen la necesidad de integrarse a grupos que quizá no le favorezcan. Al mismo tiempo, hay niños con capacidad de liderazgo innata, lo cuales son capaces de someter a su voluntad a otros pares.

¿Por qué algunas personas ceden ante la presión de grupo?
Algunos niños(as) ceden ante la presión de grupo porque quieren caer bien, ser aceptados o porque se preocupan de que otros niños(as) se burlen de ellos si no se unen al grupo. Otros ceden porque tienen curiosidad de probar algo nuevo que estos compañeros ya están haciendo. La noción de que "todo el mundo lo hace" puede influenciar a que otros niños(as) se olviden de su buen juicio y de su sentido común.

Algunos niños son suficientemente independientes desde temprana edad, algo que en ocasiones hace perder la paciencia a sus padres, pero otros casi nunca hacen valer sus opiniones o son demasiado manipulables como persona.




¿Cómo pueden los padres educar a los niños y niñas  para que no se deje influir por los demás?

A  continuación unos consejos para  ayudarlos al respecto:

1.- Fomentar su sentido de pertenencia a fin de que valore a su familia, escuela, amistades que vea de forma positiva lo que tiene.

2.- Preocuparnos sinceramente por su comportamiento y las señales de alerta que podría estar dando.

3.-Enseñarlo a ser responsable de sus actos y buscar las posibles consecuencias de sus acciones antes de ejecutarlas.

4.-Demostrar interés por sus cosas estar pendientes de su rendimiento escolar, apoyarlos en las actividades deportivas o culturales, conocer sus gustos musicales, moda aunque a usted no le agrade. No se cierre conozca a su hijo(a)

5.-Valore sus opiniones ellos tienen derecho a ser escuchados, no les cierre las puertas a la comunicación por muy insignificante que parezca su comentario. Permítale compartir sus experiencias, hablar de sus amistades, que cuente cómo le va en la escuela y qué cosas le divierten.

6.- Estimule su autonomía, esto se puede lograr asignándole responsabilidades que esté capacitado para cumplir. Esto estimulará su autoestima y le brindará seguridad en sí mismo, esto le ayudará a ser más independiente en el momento de alejarse de la influencia de los demás.

7.- Promueva los valores desde el hogar, con el propósito de que sea capaz de distinguir las actitudes positivas de las negativas.

8.- Evite confrontarlo para que se aleje de algunos amigos o ser muy crítico con estos, pues es algo que podría volverlo más defensivos e intransigentes al respecto.


9.- Garantice su correcto descanso y esparcimiento, inscribirlo en actividades extraescolares, destinadas a fortalecer sus valores, compañerismo y desarrollo integral.

¿Qué puedes hacer como niño(a) o joven para enfrentar la presión de grupo?

Si vas a una escuela, o a una fiesta, o un concierto, lo que vamos a ver son cientos y miles de jóvenes, luciendo exactamente iguales. Los mismos pantalones de marca, los mismos zapatos de marca, el mismo corte de pelo, la misma manera de hablar, y el mismo patrón de comportamiento. Ellos ejercen presión a otros para que actúen y se vean exactamente igual a los demás.

Pero si deseas realmente marcar la diferencia lo puedes demostrar  por tu valor, por tu madurez, por tu manera de pensar, por tus gustos propios (no influenciados ni por los medios de comunicación, artistas, ni por tus amigos), recuerda por ser como realmente eres y por ese amor propio que sientes, respetando tu individualidad como ser humano.

La manera en que nuestros amigos influyen en nosotros, las podemos clasificar de 3 maneras:

Buenas influencias: aquellas que nos ayudan a ser mejores y a corregir nuestros errores.

Influencias neutras: aquellas que no repercuten en nada de lo que hacemos, ni bueno, ni malo.

Malas influencias: aquellas que nos presionan a hacer cosas que están mal, y van en contra de las buenas costumbres y la moral.
El precio que tienes que pagar por ceder ante la presión de tus iguales  es vivir siendo un hipócrita, o sea,  no ser quien eres, sino ser quien quiera los demás.  Ser hipócrita significa fingir ser alguien que uno no es.  Hay jóvenes que hacen cosas cuando están con sus amigos, que normalmente nunca hubieran hecho por su propia voluntad si hubieran estado solos.

Muchos jóvenes saben que el usar drogas, o ingerir alcohol, o tener relaciones sexuales sin pensar en las consecuencias, no es una buena decisión; pero sin embargo muchos ceden ante esto solo por temor a ser diferentes, a ser juzgados, como aburridos o anticuados, o tan solo por conseguir la aceptación  de sus amigos, o de sus parejas.

Lamentablemente después han tenido que asumir las consecuencias de sus acciones, aun sabiendo que eso no era lo que ellos querían, sino lo que querían los demás.

La mayor prevención para no ceder a la presión grupal negativa es una alta autoestima y una noción clara de los valores, sólo así tendrá la fortaleza personal para decir NO al grupo, sin tener miedo a ser aislado.

Basta con un rotundo no. También puedes dejar claro que tu postura no es negociable diciendo:
“Conmigo no cuentes.”
“Yo no hago esas cosas.”
“¿Qué te pasa? ¿Es que todavía no me conoces?”

La clave es responder con rapidez y firmeza. Tal vez te sorprenda ver que muy pronto dejan de presionarte. ¿Y si tratan de provocarte? ¿Qué harás, por ejemplo, si te dicen que eres un cobarde porque no les sigues el juego? Este tipo de provocación también es presión de grupo. Pues bien, puedes reaccionar al menos de tres maneras ante esta clase de “golpe”:

● Absorbiéndolo. Podrías decir: “Sí, es verdad, no me atrevo”. A continuación di brevemente por qué no haces lo que ellos quieren.

● Esquivándolo. No te pongas a discutir, pero deja clara tu postura.

● Devolviéndolo. Explica por qué te niegas y devuelve la presión apelando a la inteligencia de tus compañeros. Podrías responder: “Una persona inteligente como tú no haría eso”.

Si te siguen provocando, vete. Cuanto más tiempo te quedes, más intensa se hará la presión. Recuerda que aunque tengas que marcharte, eres tú quien ha tomado las riendas de la situación. No has dejado que nadie haga contigo lo que quiera.

Recuerda que las buenas amistades ayudan a mejorar todos los aspectos de su vida. Un amigo es alguien que te importa y que a su vez también se preocupa por ti. Un conocido es alguien que conoces y con quien charlas de vez en cuando sobre temas del día a día. Estas relaciones, por lo general, nunca avanzan más allá de eso, del mero conocerse y saber un poco del otro, pero sin profundizar.

Sin embargo, un amigo con quien se comparte un mayor nivel de interacción y comunicación, con quien se comparten los sentimientos abiertamente. Los amigos se escuchan sin juzgarse, se apoyan y se aceptan y, sobre todo, están unidos por un vínculo de confianza y lealtad.



Para que elijas buenas amistades y disfrutes de su compañía puedes tomar en consideración los siguientes tips:

1. Cuestiónate qué buscas en un amigo. Analiza si buscas a alguien que comparta tus gustos, intereses o que te ayude a llegar a un ideal.

2. Evaluar la confianza que sientes respecto a esa persona.

3. Analiza si tienes buena comunicación con esa persona.

4. Identifica si cuentas con su apoyo. Es decir, si te sientes escuchado y te dan consejos o críticas constructivas, que impliquen cariño. Si respeta tu personalidad y te valora como persona, aunque difieran de opiniones o gustos en ocasiones.

5. Es equitativo. Es decir que se muestra atención por ambas partes y no sólo por sus intereses.

Si aprendes a rechazar la presión de grupo, puedes lograr elegir excelentes amistades.