Educación Emocional... ¿Recompensa es necesaria?





Cada cosa que le enseñas a tu hijo va a quedar grabada en forma de conexión que, posiblemente, lo acompañará a lo largo de toda su vida.

El refuerzo es algo natural que ocurre en la vida. Pero lo que conocemos como recompensa o premiar, no debe ser el motor del niño, sino la consecuencia agradable que ayude a que las conductas positivas se repitan y se motiven espontáneamente.

Recompensas eficaces:

Pasar tiempo jugando a lo que el niño quiera.

Darle una responsabilidad o  un privilegio.

Decirle que lo ha hecho bien (Felicitarlo o Darle las gracias).

Recompensas poco eficaces:

Juguetes y otros premios materiales.

Comida.

Indicarle que lo ha hecho bien, pero puede hacerlo mejor.

Felicitarlo delante de los demás hasta hacerle pasar vergüenza.


  Aquí un vídeo que motiva a educar sin premios o castigos:





Refuerza a tu hijo con reconocimiento, tiempo y cariño, y deja a un lado las recompensas materiales y la comida. Evita ofrecer a tu hijo recompensas o premios a cambio de su comportamiento, y, por el contrario, ayúdalo a sentirse satisfecho cuando hace lo que le pediste o se porta adecuadamente.